Las almohadillas de los perros cumplen algunas de las funciones más importantes para el buen funcionamiento de su organismo. Le ayudan a proteger sus patas de los impactos fuertes y de la propia presión de su cuerpo. Por ello, es importante protegerlas y cuidarlas.
Se trata de una zona fuerte, de piel muy resistente, pero aún así pueden formarse llagas, quemarse o hacerse heridas en ellas, ya que se encuentran en constante contacto con distintas superficies. Por ejemplo, si el perro camina frecuentemente por el asfalto puede sufrir quemaduras, para evitarlo nada mejor que alternarlo con zonas suaves, como el césped. También debemos fijarnos bien en el camino para evitar cristales y otros residuos peligrosos.
Las almohadillas del perro funcionan como un soporte para ayudar al animal a mantener el equilibrio, reduce de forma importante la presión que recibe su cuerpo mientras camina o corre. Las almohadillas también lo protegen de posibles fracturas y otros daños en los huesos. El impacto de los pasos se amortigua en esta parte inferior de las patas, gracias a que las almohadillas son blandas y están preparadas para absorber parte de los golpes que recibe el animal en las caminatas.
Sin embargo, a pesar de ser una zona de soporte, las almohadillas del perro también sufren y pueden dañarse, agrietarse y resecarse con facilidad si no se tiene en cuenta ciertas precauciones.
El cemento de la ciudad puede agrietarlas de forma considerable, conviene alternar las superficies durante los paseos. Combinar la acera con zonas con césped es una buena idea para proteger las almohadillas del animal.
En verano con las altas temperaturas, el pavimento puede quemar las almohadillas provocando llagas. Cambiar las zonas donde pisa durante la caminata es siempre útil y conviene tenerlo en cuenta durante todas las épocas del año.
El terreno que pise el animal debe estar libre de objetos cortantes o cristales. En cualquier caso, tras las caminatas, conviene revisar sus almohadillas para detectar posibles llagas o heridas que haya que curar.
La arena de la playa, durante el verano, es una incómoda superficie capaz de quemar la piel de apoyo del perro. Transitar por la orilla, sobre la zona mojada, es una buena forma de evitar llagas o ampollas en las patas.
Otra superficie a tener en cuenta para proteger las almohadillas es la nieve. En este caso, es conveniente que tenga el pelo de las patas largo. El frío puede quemar su piel, y la sal que se esparce sobre ella puede provocar heridas, por lo que es fundamental aplicar en las almohadillas un gel o crema especial para protegerlas. Se consigue en cualquier tienda de productos para mascotas. Además, tenemos que lavar bien las patas del animal con agua templada cuando acabe la excursión, para eliminar cualquier residuo.
Para largos recorridos por caminos pedregosos, con hielo o arenosos, se recomienda que el perro lleve calzado. El animal se debe sentir cómodo con ellos. No obstante, si hace mucho calor será mejor que no pase demasiado tiempo con las almohadillas tapadas, ya que suda a través de ellas.
Por otro lado, en las almohadillas suelen clavarse espigas, pequeñas piedras y otros objetos molestos. Por esta razón es necesario que las limpiemos bien y las revisemos tras cada paseo.
En el caso de que tenga algún tipo de corte o herida, se debe lavar con un jabón antibacterial y secar suavemente. La curación debe realizarse de manera suave y delicada, ya que las patas son una parte sensible.
Si hay algún objeto alojado entre los dedos, como espinas o semillas, deben ser retirados con pinzas especiales para sacar objetos extraños, con cuidado de no infectar la piel de su perro.
No todas las superficies de suelo son iguales. Algunos materiales son más agresivos que otros para las almohadillas del perro. Un terreno rocoso o pedregoso puede ser más abrasivo para esta piel, se recomienda comenzar los paseos del animal por terrenos blandos y suaves, cubiertos de hierba o húmedos.
Utilizar cremas apropiadas para perros es una buena forma de mantener hidratadas las almohadillas del animal. Una piel sana será menos propensa a cortarse o a padecer grietas, por lo que también será más difícil que sufra durante los paseos. Las cremas para hidratar las almohadillas del perro son untosas, como una especie de vaselina, que recubre la zona.
IMPORTANTE; NO USAR NUNCA CREMAS PARA HUMANOS, YA QUE EL PH HUMANO ES DIFERENTE AL DEL PERRO