Que estos ejemplos de vida, amor y amistad motiven a muchos para continuar con esta historia y que Schoep no sea el único rescatado del maltratado y la indiferencia. Como él muchos están en nuestras calles, perreras, centros de zoonosis y albergues esperando una oportunidad para dar todo su amor. Apoyemos y
difundamos la adopción de animales sin hogar con responsabilidad y amor