Por lo general, los estornudos del perro no son una condición médica grave, y puede ser tratados o desaparecer sin medicación. Ellos estornudan cuando están resfriados o sufren alergia, pero también por excitación.
Los perros, como las personas, también sufren alergias. Y los estornudos, junto con la mucosidad excesiva, son señales que pueden advertir de que el can es alérgico al polen, a los ácaros, productos de limpieza e, incluso, a productos químicos del aire.
Como en los humanos, eliminar el desencadenante de la alergia canina es suficiente para acabar con el problema. Pero para ello es importante acudir al veterinario, para que pueda sugerirnos pruebas y seguimiento en casa.
Los ácaros pueden instalarse en la nariz canina y provocar estornudos crónicos. Estos ácaros pueden alojarse y vivir dentro de las fosas nasales de los canes, y contagiarse entre perros. Por ello, cuando el perro registra estornudo crónico, hay de acudir al veterinario.
Si el perro tiene una infección bacteriana, viral o micótica en la nariz, los estornudos también son comunes. Estas infecciones pueden llegar a ser crónicas si no son tratadas.
En general, los estornudos son una excelente forma de sacar cualquier elemento irritante del hocico. Los perros estornudarán cuando huelan algo polvoriento o desagradable.