Un gato anciano no es sinónimo de un gato enfermo, aunque debemos reconocer que a medida que nuestra mascota envejece sus órganos vitales se deterioran en mayor o menor medida.
Un gato bien cuidado supera los 20 años de edad en condiciones muy óptimas. Hay gatos que a partir de los 10 o 12 años ya
muestran signos de vejez, mientras que otros, a los 16, siguen siendo tan juguetones como cuando eran pequeños. De cualquier forma, es aconsejable que a partir de los 10 o 12 años de edad le llevemos una a dos veces al año al veterinario, ya que gracias a estas revisiones podremos tener conocimiento de si manifiesta cualquier problema propio de esta edad.
En primer lugar, debemos preocuparnos de que nuestro gato cuente con una buena provisión de agua, pues, los gatos ancianos suelen beber más que cuando eran jóvenes. Además, debemos vigilar más su aseo, pues ya les va a costar hacerlo por sí solos. También van a tener más problemas para librarse de las bolas de pelo y debemos poner un especial cuidado en el estado de sus uñas. Los gatos ancianos no suelen desgastarlas demasiado por lo que pueden crecer en exceso, curvándose hacia adentro y, si no hemos cuidado este aspecto, con el tiempo podrían hincarse dentro de las patas. Si las vemos demasiado largas habrá que cortarlas y para ello, si no nos vemos con la suficiente destreza, lo mejor es no intentarlo y acudir al veterinario. Hay que vigilar también el estado de los dientes y evitar que se acumule el sarro y se produzca por lo tanto inflamación de las encías. Es importante además durante esta época de la vida de nuestro gato que prestemos especial atención a su lugar de descanso. La cama tiene que ser caliente y estar en un lugar donde no haya corrientes de aire. Por último, y a medida que tenga más edad, podemos verle más torpe y que disminuye su capacidad auditiva y visual. En estos casos tengamos paciencia, si el gato está sano a pesar de que haya perdido sus capacidades juveniles todavía puede proporcionarnos cariño y momentos agradables.
Si tenemos uno de esos gatos que son especialmente exquisitos con lo que comen, lo más probable es que una vez que envejecen se acentúe esta tendencia. De cualquier forma, ahora más que nunca debemos cuidar los productos que le ofrecemos. Sólo debemos ofrecerle alimentos específicos para gatos de buena calidad y es mejor que no le proporcionemos sobras de nuestros alimentos. Es muy probable que a medida que envejece, el gato coma menos. No hay que alarmarse por ello, a no ser que experimente pérdidas excesivas de peso, probablemente también comerá con más frecuencia, por lo que debemos estar atentos a proporcionarles esas pequeñas raciones cuando lo requiera. Puede ocurrir que al verle todos los días, nosotros no detectemos bien las pérdidas de peso, por ello es recomendable que llevemos un registro cada dos o tres meses, pesándolo nosotros mismos y anotando los resultados.
El envejecimiento es un proceso natural, que produce cambios en el metabolismo del cuerpo, balance hormonal, y la percepcion sensorial. La edad trae consigo el declinio gradual de la actividad metabólica del cuerpo. Una menor tolerancia a medicacion, la inhabilidad de regular la temperatura del cuerpo, la disminucion de las necesidades calóricas, y disminución la inmunidad a las enfermedades acompañan este declinio. La degeneración progresiva de los órganos encargados de las funciones hormonales (e.g., tiroides, glándulas suprarrenals, páncreas, y riñones) puede dar lugar a enfermedades asociadas (e.g., hypo- o hyperthyroidism, hypo- o hyperadrenocorticism, mellitus de la diabetes). La capacidad de gusto, olfato, oido y vista también disminuye con edad.
Las manifestaciones físicas pueden incluir una progresiva perdida de brillo de los ojos (opacamiento); afinamiento del pelaje; mayor sensibilidad al frío; piel flácida; espina dorsal y caderas prominentes; tiesura de las coyunturas; aparecimiento de pelos blancos en el hocico; atrofia muscular; y sordera. Comportamentalmente, el gato geriatrico es menos tolerante a los cambios ambientales, duerme más y es menos activo, y puede parecer más irritable.
Un gato de edad avanzada es menos ágil a menudo debido al aparecimiento de artritis y el inicio de atrofia de los músculos. El gato limitará por consiguiente su actividad física. Sin embargo, regularmente invitar su gato a un juego moderado puede promover tono y flexibilidad múscular, aumentar la circulación sanguinea y mejorar la mobilidad gastrointestinal. Sin embargo al ejercitar su gato este siempre alerta a señales de respiración trabajosa o cansancio rápido, los que pueden sugerir que el gato padece alguna enfermedad. Para gatos con artritis y atrofia muscular avanzada puede ser necesario relocalizar platos de alimento y bandejas sanitarias (cajoncitos de arena) a fin de evitarle esfuerzos desnecesarios.
En cuanto se manifiesten los primeros signos de vejez es importante acudir al veterinario para que evalúe el estado de salud de nuestro gato. Después, aún estando sano, debemos llevarle al menos dos veces al año. Si notáramos una disminución excesiva de peso o un aumento significativo de su sed, también debemos consultarlo con el veterinario. Los órganos más dañados por la edad son el corazón, el cerebro y los riñones. Estos últimos pueden perder hasta un 50% de su funcionalidad sin que el gato de síntomas de enfermedad. Si nuestro gato está bien vigilado por el veterinario podrá gozar de calidad de vida y eso nos permitirá disfrutar plenamente de su compañía.