La Obessidad En Las Mascotas

La obesidad es una enfermedad que puede ser definida como un exceso de grasa corporal que es
suficiente para poner en peligro la salud, el bienestar y calidad de vida de la mascota. La causa principal del sobrepeso es comer demasiado sumado a la falta de ejercicio. Cuando el animal consume más calorías de las que su organismo utiliza, el exceso de tejido adiposo (grasa) se acumula en el cuerpo.

Hoy en día se cuenta con una gama de alimentos que cumplen con los requerimientos necesarios 
nutricionales de caninos y felinos, y en la medida que se sigan las recomendaciones de ración diaria, no se tendrían problemas de sobrepeso. 

Los cachorros son los que menos problemas tienen a la hora de comer, ya que están en etapa de crecimiento y se les puede permitir comer un poco más.
Hasta el año de edad, más o menos, el cachorro no alcanza su tamaño definitivo. A medida que el animal envejece disminuye la actividad y en consecuencia las necesidades energéticas. Si sigue consumiendo las mismas cantidades que cuando era joven pero se mueve menos, es lógico que acabe engordando.

La sobrealimentación, ligada a la falta de ejercicio, es una de las causas más frecuentes de la obesidad pero no la única. La mascota puede ser obesa porque sufre de hipotiroidismo, ha sido castrada, tiene problemas de estrés, etc.

Las mascotas pueden ganar peso si producen poca cantidad de hormonas tiroideas, que son las encargadas de regular el metabolismo del cuerpo. Esta enfermedad, llamada hipotiroidismo, puede ser bastante grave. Sin embargo, una vez que se diagnostica resulta fácil de tratar dando a la mascota un suplemento de hormonas tiroideas. La castración implica una disminución del metabolismo que puede incidir en un aumento de peso.

Todas las razas son distintas, pero una manera fácil de saber si la mascota está en su peso ideal es palpando las costillas y las vértebras (sobretodo las lumbares). Hay que notarlas sin tener que ejercer presión sobre el tejido muscular que las rodea.

A la menor sospecha de que la mascota padece obesidad, lo mejor es consultar al veterinario para que  haga un diagnóstico correcto.

Riesgos para la salud

Trastornos importantes como artrosis, hernia discal, rupturas de ligamentos. 
Dificultades cardio-pulmonares.
Predisposición a la diabetes.
Incremento de tensión arterial.
Aumento de los riesgos quirúrgicos (anestesia).
Trastornos cutáneos.
Reducción de la función inmunológica.

El veterinario debe evaluar y analizar el estado de salud de la mascota y a partir de ahí, si lo cree necesario, personalizar un programa de reducción de peso. Cada mascota es diferente y por lo tanto, tiene necesidades diferentes.
La pérdida de peso debe ser siempre progresiva y gradual, hay que tener paciencia y establecer objetivos realistas.

Fraccionar la ración a lo largo del día. En lugar de dejarle la comida a su disposición, los Médicos Veterinarios recomiendan establecer dos comidas regulares diarias, en el caso de perros adultos.
Hacer que beba tanta agua como sea posible.
Debemos comprobar los progresos con ayuda de una balanza.

Una reducción del 20 al 30% de las necesidades energéticas de mantenimiento deben realizarse después de una esterilización.

 Para prevenir la obesidad es recomendable:
Seguir un control del peso del animal.
No darle nunca las sobras de la comida, la suya ya tiene los suficientes nutrientes que necesita.
Que haga ejercicio con regularidad. En el perro, un paseo por la mañana y otro por la noche pueden ayudar bastante. En el gato, jugar unos minutos cada día pueden mantenerlo en forma.
Suprimir todas las golosinas ricas en azúcares, en almidón o en grasas.

La obesidad causa múltiples trastornos, y los dueños de mascotas deben hacerse responsables por su salud. Asesórese por un Médico Veterinario para que le aconseje sobre un adecuado plan de  nutrición para su mascota.