La Amputación De Las Garras Del Gato - Desungulación

El proceso de desungulación es la eliminación definitiva de las uñas del gato a través de una
operación quirúrgica, que consiste en amputar la última falange de los dedos, que es la base del tendón retráctil y lugar de nacimiento de la uña, por lo que las uñas retráctiles del gato desaparecen para siempre.
Es una intervención agresiva, muy dolorosa y para nada agradable para el gato.
Las uñas son una de las herramientas más importantes para los gatos en su vida diaria. Las usan para rascarse, jugar, escalar, defenderse y cazar, en general, para casi cualquiera de las actividades que realizan diariamente. Las uñas ejercen una importante función al clavarse en las superficies, permitiendo el estiramiento de su espalda. 
Los hombros y la parte superior de la espalda de un gato desungulado se debilitan gradualmente, puesto que arañar es la principal actividad que los mantiene fuertes.
Por otro lado, arañar es una función que está íntimamente ligada a la naturaleza del gato y que realiza con diversos fines a lo largo del día, como liberar estrés, marcar su territorio o simplemente ejercitarse.

La desungulación afecta a muchos aspectos de su vida diaria. Al amputarse el extremo de la garra, como ocurre durante la desungulación, el gato se ve obligado a modificar su postura corporal y su forma de caminar. 

Cuando el gato despierta de la anestesia el dolor y la angustia son enormes, las complicaciones suelen ser habituales y la operación puede llegar a provocar cojera permanente de alguna de las patas, daño al nervio radial, hemorragias, crecimiento deformado y doloroso de las uñas hacia dentro y de forma no visible, huesos astillados que impiden la curación, infecciones recurrentes y en muchos casos una segunda cirugía.

La experiencia completa de arañar (el ejercicio, el impacto visual, el sonido de las uñas rascando) es un potente relajante para un gato. No se puede predecir cómo reaccionará cada individuo al serle negada esta estupenda fuente de alivio para el estrés.

Un gato puede desarrollar problemas de agresividad para el resto de su vida; otro podría estar bien aparentemente, hasta que tenga que enfrentarse a una situación de estrés. Un gato que araña es un gato feliz. La desungulación interfiere profundamente con este comportamiento central de los gatos.

El gato se ve obligado a modificar su postura de acuerdo con este cambio. Verse forzados a caminar de forma antinatural puede causar tensión en las patas y dolor a largo plazo. El dolor puede crecer gradualmente, y agravarse si padece sobrepeso. 

Las patas doloridas con las que no apetece escarbar en la arena pueden ser una razón por la que los gatos desungulados son más propensos a evitar las bandejas higiénicas. 

La educación durante la etapa de cachorro es la más limpia y eficaz de las alternativas. Así, podemos enseñarle donde puede y donde no puede arañar, poniendo a su disposición rascadores verticales y horizontales y diversos juguetes para que puedan arañar libremente. Es aconsejable premiarle con alguna golosina cuando utilicen estos utensilios.

El corte de uñas periódico también puede ser una alternativa eficaz a la desungulación. Para ello, deberemos cortar solo la punta de la uña con mucho cuidado de no cortar la pequeña vena que está dentro de la uña. Si optamos por esta posibilidad, es aconsejable comenzar desde edades tempranas a cortarle las uñas, para que se acostumbre más fácilmente. El corte de uñas suele llevarse a cabo cada semana o cada 15 días. Si la mascota no se deja cortar las uñas, podemos acudir a la clínica veterinaria, pero la mayoría de los gatos se acostumbran cuando se les hace desde pequeños.

El Dr. Nicholas Dodman, Profesor de Farmacología Conductual y Director de la Clínica del
Comportamiento en la Escuela Universitaria de Medicina Veterinaria en Tufts, y un especialista internacionalmente conocido en investigación sobre el comportamiento de animales domésticos, explica la desungulación:
“La falta de humanidad del procedimiento queda claramente demostrada en la naturaleza de la recuperación de los gatos de la anestesia tras la cirugía. La cirugía de desungulación termina con gatos rebotando contra las paredes de las jaulas de recuperación por el insoportable dolor. Los gatos más estoicos se hacen un ovillo contra el fondo de la jaula, inmovilizados en un estado de desamparo, presumiblemente debido al dolor abrumador....