Se trata de una enfermedad de origen viral, es un mal muy contagioso y con un alto nivel de mortalidad en los ejemplares más jóvenes. Los que sobreviven a él conviven con graves secuelas nerviosas durante el resto de su vida.
El moquillo canino o también llamado Distemper es una enfermedad causada por un virus llamado morbirivirus. La puerta de entrada del virus del moquillo canino, es la inhalación del virus (aire), de allí pasa a las amígdalas palatinas y a los ganglios bronquiales, siguiendo su recorrido hasta el torrente sanguíneo, distribuyéndose luego a todo el organismo. Se contagian a menudo con las secreciones corporales de otros animales afectados. La enfermedad se desarrolla entre 20 y 25 días después de la infección, aunque las primeras manifestaciones aparecen entre los días sexto y noveno. Sin embargo, es a partir de la segunda semana cuando el virus se encuentra presente en todo el organismo del animal, momento en el que comienza su eliminación a través de secreciones corporales.
Si bien afecta a perros de distintas edades, generalmente, las perras que tienen anticuerpos contra esta enfermedad, protegen a sus bebes recién nacidos. Estos anticuerpos pasan a través de la leche materna a los cachorros brindándoles inmunidad durante un cierto período de tiempo.
Síntomas
Cuando el virus entra en el organismo del perro causa una variedad de sintomas diferentes ya que afecta el Sistema Respiratorio, Sistema Digestivo, Sistema Nervioso y la piel.
El primer síntoma que aparece es la fiebre, superior a los 39 ºC y gran decaimiento. Muchas veces la fiebre es intermitente.
Otro de los primeros síntomas es la diarrea de color amarillenta,que aparece como consecuencia de la diseminación del virus en el tracto intestinal, esta diarrea no dura muchos días, vómitos aislados.
Una vez que el virus invade el aparato respiratorio comienzan síntomas como tos persistente, estornudos, gran cantidad de mucosidad nasal y ocular espesa, de color amarilla que luego se torna verde que se pega alrededor de la nariz y los ojos. La afeccion del tracto respiratorio inferior se ve traducida en bronquitis y neumonía que al contaminarse con bacterias oportunistas agravan aún mas la salud del perro.
En la piel aparecen además del manto opaco y deslucido, pústulas (granitos) en la zona del vientre del perro, piodermias, etc.
Por lo general, el ultimo y mas temido de los sistemas en afectarse es el sistema nervioso. Los síntomas van desde tics, alteraciones de la conducta, vértigo, trastornos en la locomocion, alteración del sueño hasta convulsiones.
Lo serio del cuadro nervioso es que una vez que aparecen estos síntomas suelen ser irreversibles y dependiendo de el síntoma en particular pueden alterar significativamente la calidad de vida del perro.
El curso de la enfermedad suele ser muy largo, a diferencia de la otra gran temida enfermedad canina como es el parvovirus, con un curso de a lo sumo una semana, el moquillo puede afectar durante largos períodos de tiempo, donde van sucediendose los síntomas antes mencionados, deteriorando lenta pero gravemente la salud del perro.
Diagnóstico
Se llega al diagnóstico no solo con la clínica, sino también con la observación de la evolución y la escasa respuesta a los tratamientos, también como métodos complementarios el veterinario podrá solicitar un hemograma, citología de secreciones oculares y/o las determinaciones virales para confirmar el diagnóstico presuntivo.
Dada la dificultad de contrarrestar al virus causante de la enfermedad, el esfuerzo debe dirigirse a paliar la sintomatología y brindar apoyo terapéutico para permitir que el animal desarrolle sus propias defensas.
Tratamiento
No hay un tratamiento efectivo que neutralice al virus del moquillo o inhiba su replicación. El enfermo deberá ser tratado por un veterinario, normalmente con antibióticos para la neumonia o las infecciones bacterianas en la piel, suplementos vitamínicos y nutricionales, y tratamientos puntuales para el tipo de síntomas presentes: mucolíticos y expectorantes para los signos respiratorios; antieméticos y antidiarreicos, para los digestivos, etc. De los signos neurológicos de posible aparición, sólo las convulsiones tienen tratamiento efectivo. Colirios para evitar la queratitis en los ojos. Si hay inapetencia o deshidratación sera necesario colocar suero vía endovenosa para poder hidratar y nutrir al enfermo.
Son esenciales también, los buenos cuidados de enfermería, que atiendan al bienestar del paciente.
Prevención
La mayoría de las vacunas existentes en el mercado son efectivas para lograr una correcta inmunizacion del perro, puesto que se trata de un virus relativamente viejo y estable, es decir, no hay variedad de cepas que requieran actualizaciones como por ejemplo el virus de la gripe humana.La manera mas efectiva de combatir esta vieja enfermedad es mediante la vacunación. Esta debe iniciarse entre el primer y segundo mes de vida del animal, y repetirse los refuerzos vacunales según criterio profesional.
Es importante saber que se debe revacunar al perro anualmente a lo largo de toda su vida, ya que este virus no contempla la edad de huésped y puede causar la enfermedad sin distinción entre cachorros, adultos y gerontes.
Resulta aconsejable que los perros se desenvuelvan en ambientes cálidos y perfectamente ventilados. Además, el virus del moquillo es relativamente vulnerable a los desinfectantes comunes y a los detergentes.
Nota
Esta enfermedad no se trasmite del perro al hombre.