El asma felino es una enfermedad del sistema respiratorio en la que existe una inflamación de las vías respiratorias bajas, principalmente los bronquios. También se denomina bronquitis felina, bronquitis alérgica o bronquitis eosinofílica. Los signos clínicos del asma felino se presentan debido a la obstrucción de la luz de los bronquios. Existen diversos mecanismos mediante los cuales se produce la obstrucción, entre ellos: broncoconstricción (espasmo de la musculatura de la pared de los bronquios), inflamación y/o irritación de los bronquios y secreción excesiva de moco. En el gato, a diferencia de las personas, el mecanismo principal es el de inflamación.
Se puede hablar de asma verdadero, en el que hay una broncoconstricción reversible, y de bronquitis alérgica, en la que se produce inflamación de la pared del bronquio y producción de moco. La bronquitis puede ser aguda (de corta duración y con cambios reversibles en los bronquios) o crónica (de larga duración y con cambios permanentes o irreversibles en los bronquios). Estas presentaciones pueden solaparse y darse a la vez.
Síntomas
Los gatos afectados normalmente son adultos jóvenes o de edad media (1 a 8 años) y se ha visto que los gatos de raza siamesa están más predispuestos a padecer la enfermedad. Los signos clínicos más frecuentes de enfermedad bronquial son tos y disnea (dificultad respiratoria) y a veces sibilancias (silbidos al respirar). Estos signos clínicos pueden presentarse de manera constante, a intervalos regulares o de forma estacional (periodos concretos del año). A veces los signos clínicos pueden presentarse de forma aguda e intensa y la respiración puede estar tan alterada que el gato requiera de atención veterinaria urgente.
Diagnóstico
Para llegar al diagnóstico de enfermedad bronquial felina hay que seguir una serie de pasos. El primer requisito es la presencia de signos clínicos compatibles (tos, dificultad respiratoria). Después es necesario realizar una serie de pruebas básicas, como son el hemograma, el análisis coprológico (de las heces), el test de leucemia e inmunodeficiencia y la radiografía torácica. En zonas endémicas de dirofilariosis (enfermedad parasitaria producida por gusanos redondos que colonizan los vasos sanguíneos), es importante realizar el test para confirmar o descartar la presencia de la enfermedad, ya que, a diferencia de la enfermedad en perros, en los gatos puede cursar con signos respiratorios.
La radiografía de tórax de un gato con asma felino puede ser normal, pero en la mayoría de los casos presenta alteraciones. Lo más frecuente es encontrar un patrón bronquial, que significa que los bronquios se hacen más visibles de lo normal debido a que están inflamados y atrapan aire. De manera simple los bronquios se ven como pequeños donuts si se ven de forma transversal o como raíles de tren si se ven de manera longitudinal. Si se sospecha de asma felino y la radiografía no es diagnóstica o bien queremos más información se puede realizar un lavado broncoalveolar, que consiste, bajo una anestesia general corta, en introducir suero a través de la tráquea mediante un tubo endotraqueal y recuperarlo para hacer una citología de las células que se descaman de los bronquios y los alvéolos pulmonares. En la citología de los gatos con asma suele haber un predominio importante de eosinófilos (glóbulos blancos responsables de la respuesta alérgica).
Tratamiento
El tratamiento depende de la presentación de la enfermedad. En cuadros agudos severos (crisis asmática) es importante solucionar cuanto antes la constricción de los bronquios porque de ello depende la vida del gato. Esto se realiza con fármacos broncodilatadores. Normalmente es necesaria la administración de oxígeno. El manejo de estos gatos con una crisis respiratoria debe ser cuidadoso, ya que el estrés puede empeorar el cuadro y ser fatal. A veces se debe iniciar el tratamiento y esperar antes de realizar pruebas diagnósticas para no poner en peligro la vida del gato. De esta forma a veces se puede llegar a un diagnóstico de respuesta al tratamiento.En los cuadros crónicos o intermitentes, el tratamiento se basa en controlar la inflamación que provoca la obstrucción y el problema respiratorio. Para ello se utilizan fármacos corticosteroides, como la prednisona, administrados durante periodos largos de tiempo. En los casos en que la administración de comprimidos sea difícil o imposible, la alternativa es el uso de corticosteroides inyectables de larga duración administrados de forma periódica. El momento de administración es diferente para cada caso concreto según la intensidad y la progresión de la enfermedad.Si el gato lo tolera, se pueden utilizar nebulizadores pediátricos adaptados para administrar corticosteroides y/o broncodilatadores por vía inhalatoria. En los casos en los que la respuesta al tratamiento es insuficiente, existen una serie de fármacos alternativos a los corticosteroides, como serían los broncodilatadores, antihistamínicos, ciclosporina, entre otros.En el caso de detectar causa concreta desencadenante del asma, conviene tratarla además de tratar los signos clínicos en sí (p.e. infección bacteriana, uso de antibióticos; parásitos, desparasitación). Además conviene tratar el ambiente y eliminar posibles irritantes (tabaco, ambientadores, etc) y evitar y/o tratar la obesidad.
El pronóstico es variable. Si los daños a nivel bronquial son reversibles y se encuentra una causa y se trata, el pronóstico es muy bueno. Generalmente, los signos clínicos se pueden controlar, pero la cura no es nunca completa. En el caso de una bronquitis crónica se requiere un tratamiento continuado y a veces los signos clínicos no se pueden eliminar del todo.