El Estres Canino


Los perros, al igual que los humanos, también pueden sufrir estrés.
Gracias a su gran sensibilidad, los perros perciben el estado de ánimo de sus dueños. Esto significa que un amo estresado transmitirá este estado de ánimo a su perro y, al ser una situación continua, no podrá resolverlo y no conseguirá relajarse. 

Sin embargo, el estrés puede deberse a otras situaciones. Un perro que realice poco ejercicio o que esté mucho tiempo solo y se aburra al carecer de estímulos, también puede padecerlo. La solución, en este caso, es sencilla, dedicándole más tiempo, haciéndole partícipe de la vida familiar y dejando que juegue con otros perros, lo superará. Son animales sociales que necesitan interactuar tanto con humanos como con individuos de su misma especie.

Un cambio en su entorno también podría afectarle. Una mudanza puede ser particularmente estresante para el animal, pero con juguetes u otros objetos impregnados con el olor de su antiguo hogar, se tranquilizará. La llegada de un nuevo miembro a la familia puede ser una situación que tampoco tolere. Un poco más de atención y palabras de cariño contribuirán a que supere su ansiedad y siga considerándose importante.

La consulta veterinaria es un lugar que genera estrés y ansiedad en el perro porque lo asocia con experiencias desagradables y dolorosas, como las vacunas o inyecciones. No es extraño ver a los perros temblando y con miedo en la sala de espera del veterinario. La razón del estrés se debe a lo que puede ocurrir en la consulta, el miedo a lo desconocido.

La salida de los dueños de casa puede generar ansiedad en el perro que se queda solo. Hay canes que por su carácter, tienen más posibilidades de sufrir ansiedad por separación de sus dueños. Los animales miedosos, o los que han vivido situaciones traumáticas, como el abandono pueden alterar su comportamiento cuando están solos. 
Un animal que ingresa en una guardería y ve partir a sus dueños, experimenta ansiedad y estrés. Se siente abandonado en un ambiente extraño para él, sobre todo si no está acostumbrado a enfrentarse a esa situación y se queda con la incertidumbre de no saber si sus duelos regresarán.

Cuando una mascota está estresada, al encontrarse con situaciones conflictivas, cambiará su comportamiento. Hay que saber entender su conducta y comprender que el comportamiento de un perro está influenciado por todo el ambiente que lo rodea aunque, en parte, esté predispuesto genéticamente.

Si el can no aprende puede ser porque está emocionalmente afectado, o desarrolla conductas anómalas, como agresividad, ansiedad o fobias por situaciones de estrés, se pone a la defensiva.  Mientras el perro se encuentra en la situación de emergencia, intentará salir mediante un mecanismo de supervivencia, que es su instinto básico.

El objetivo de un tratamiento es devolver el equilibrio al organismo. Esto depende de en qué manera se ha visto afectado éste y de su gravedad.

La modificación de conducta basada en el adiestramiento o entrenamiento del perro, la estimulación mental, el ejercicio y la modificación del ambiente, son una buena opción.
La alimentación debe ser sana y equilibrada con una dieta controlada y de calidad.