El Estres Felino

El estres y la ansiedad son en realidad, respuestas para permitir la supervivencia, y por tanto, no son siempre negativas. La energía que provoca la adrenalina facilita una respuesta rápida y fuerte que puede ayudar al organismo a salvar la vida, por ejemplo, cuando alguien es atacado. Sin embargo, si estas sustancias permanecen en el cuerpo durante mucho tiempo, como ocurre en el estres crónico, disminuyen el funcionamiento del sistema inmune. El estrés felino es la respuesta emocional a un estímulo negativo que si no desaparece, puede llegar a afectar la salud del gato de forma muy seria. 

El tratamiento del estres felino supone, diagnosticarlo y reconocer cuales son las situaciones que lo generan.

Si hablamos de síntomas físicos, un gato estresado puede manifestar
enfermedades como: Asma bronquial, cistitis, colitis, alopecia, hipersensibilidad, aumento de las infecciones y un agravamiento más que importante de las enfermedades víricas y autoinmunes. En este caso siempre se requerirá de la intervención de un profesional veterinario que trate los problemas físicos paralelamente al trabajo emocional que los ha originado.

En cuanto a los síntomas conductuales, el estrés empeora el carácter, con un cambio en su comportamiento. Entre los los cambios que podemos observar; Aumento de la agresividad, ansiedad generalizada, fobias y miedos, manías obsesivas y comportamientos compulsivos, trastornos alimentarios, marcaje con uñas, hiperactividad, vocalizaciones excesivas…

Es importante recordar que el gato nunca se comporta de manera inconveniente para fastidiar, sino que lo hace como forma de llamar la atención y decir que no se encuentra bien.

Son animales muy sensibles a los cambios, el territorio y la rutina, y muchas cosas pueden hacerles perder el equilibrio. No se acostumbra a vivir en manada, a lo que, demasiados gatos también pueden estresarlo. 

Un gatito que procede de padres nerviosos, tiene más probabilidades de serlo él. Por otro lado, la genética puede ser modulada por la socialización. Entre las 2 y las 7 semanas, los gatitos son muy proclives a socializarse con el ser humano y otras experiencias. En este periodo, los gatitos deben exponerse a muchos estímulos, humanos y por parte de su madre, para que se acostumbren y no sufran de stres más adelante. Los gatitos mal socializados, serán más propensos a estresarse de adultos.

Lo ideal es ofrecerle un entorno rico en estímulos cuando es cachorro y manteniendo un nivel de actividad y espacio adecuados de adulto: lugares donde esconderse y escapar, juguetes variados y juego con el dueño y otras personas. Evitar también cambios bruscos en el ambiente, un entorno en el que se sienta seguro, confortable y en el que pueda controlar todas las variantes que se le presenten de forma sana y natural, respetando su naturaleza felina.

Los momentos de relax son imprescindibles para superar la ansiedad. Los masajes y los toques de presión son beneficiosos para muchos gatos. Podemos hacer movimientos circulares con los dedos en la piel del gato, de forma lenta. Muchos gatos se relajan tanto, que se quedan dormidos.

También existe la ayuda farmacológica. Siempre debe ser prescrita por un veterinario, y se reserva para casos severos, crónicos o cuando aparecen enfermedades graves.

Los gatos son seres muy sensibles. Muchas veces un dueño estresado infunde ese sentimiento en el gato.