El Comportamiento Felino


El comportamiento del felino puede variar entre camadas y gatos individuales. La mayoría de los comportamientos comunes incluyen técnicas de caza y reacciones a ciertos eventos como interacciones con humanos u otros animales como perros. La comunicación puede variar enormemente en dependencia al temperamento de cada gato. En una familia con varios gatos, la posición social puede afectar a los patrones de conducta. En el caso de una familia con dos gatos o más, uno de ellos, normalmente una hembra, se volverá dominante sobre los demás.

Los gatos se apoyan mucho en el lenguaje corporal a la hora de comunicarse. Frotarse contra un objeto, lamer y ronronear son muestras de afecto. El ronroneo puede ser muestra de cualquier emoción extrema, como también dolor. La principal forma de comunicación gatuna se hace mediante la cola.

Los gatos dedican gran parte de su tiempo a frotar su cabeza, cuerpo y cola frente a su amo u objetos de la vivienda, ese tipo de conducta lo realiza con la finalidad de impregnar con su olor. Para eso cuenta con unas glándulas que desprenden unas sustancias llamadas feromonas, con eso, trata de delimitar e identificar aquello que entiende como de su propiedad. Si el animal realiza este comportamiento con otros animales o con la personas es señal de integración en el grupo.

Otro tipo de marcaje lo realizan mediante la acción de arañar en paredes o incluso mobiliario doméstico. Este modo de comportamiento tiene como finalidad impregnar su territorio con su olor característico. Cuenta con unas glándulas ubicadas en las almohadillas, que al rasgar sobre objetos, emiten unas sustancias que le sirven para delimitar su circunscripción. Finalmente, otra forma de demarcación territorial o marcaje, se origina con la emisión de orinas.

Sus orejas adoptan diferentes tipos de posiciones que reflejan los

estados de ánimo en el animal, si se mantienen rectas, hacia delante, indican que el gato está atento, si por el contrario las posicionan hacia los lados, expresa que está enojado, en ocasiones suele realizar con ellas movimientos giratorios, en este caso revelan que el animal está inspeccionando, si las mantiene hacia abajo, indican que el gato puede mostrar algún tipo de agresión.




Los ojos también pueden indicar estados de ánimos, unas pupilas esféricas y dilatadas nos advierten que el animal está nervioso, atemorizado, con cierta agresividad, por el contrario unas pupilas contraídas, ojos semiabiertos, con movimiento lento de párpados, señalan un gato amistoso, calmado y feliz.

Otro indicador es la posición del cuerpo y la cola, un felino en postura lateral, con el lomo arqueado y girando la cabeza hacia un lado, muestra un gato temeroso, enfadado, con cierta predilección hacia el ataque. Echado sobre su lomo o haciendo movimientos giratorios con su cuerpo por el suelo, nos informa una conducta relajada. En cuanto la cola, si se mantiene rígida hacia arriba indica un estado de relajación, confort, no obstante, si la agita con movimientos rápidos, es un indicador de enfado o mal estar y si la mantiene en posición baja nos revelará tristeza.






Los gatos cuentan con un lenguaje muy variado, se comunican a través de las vocalizaciones o maullidos.

Ronroneo, es un indicador de que el gato se encuentra a gusto y confortable, no obstante, hay que destacar que también suelen ronronear cuando expresan miedo o temor.

Maullidos, en ocasiones los utilizan para llamar a su amo, otras veces para manifestar alguna necesidad e incluso para revelar tristeza o algo que le desagrada.

Gruñidos y bufidos, con estos tipos de sonidos tratan de atemorizar y alejar de su territorio a los adversarios desafiantes. Las hembras en celo suelen gritar bruscamente después de la cópula.

Aullidos, es característico en machos cuando comienza la época del celo, también se puede apreciar en aquellos gatos que se sienten acorralado o que se encuentren atemorizados.

Masticar, es muy típico cuando localizan una presa que no pueden alcanzar, se quedan fijamente mirándola, al mismo tiempo que mastican.








Los horarios de los felinos son crepusculares, cuando cae el sol están más activos y por el día duermen más. No obstante, un gato se aclimata a los hábitos de la familia humana con la que convive y más si se tiene en cuenta que en el ámbito doméstico no necesita cazar por la noche para comer. Los gatos pueden dormir 12 horas diarias e incluso más, pero durante ese tiempo hay muchos momentos en los que dormita y se mantiene atento a lo que ocurre a su alrededor. Los felinos duermen en función de sus hábitos vitales y cantidad de actividad física que realizan. De forma que los felinos que se aburren, duermen más durante el día.

A los felinos les gusta mantener su cuerpo y entorno limpios. Por ello, el gato dedica tiempo a lamerse y acicalarse para conservar su pelaje y piel sin suciedad.

Los arraigados hábitos higiénicos del gato se reflejan también en su entorno: utilizan la bandeja higiénica para hacer sus deposiciones y rechazan dormir o comer en lugares malolientes o sucios.