Esta patología se caracteriza por ser muy contagiosa, aunque no suele presentar complicaciones, y se localiza exclusivamente en la parte alta de las vías aéreas.
Su nombre real es 'traqueobronquitis infecciosa canina', pero todo el mundo la conoce como tos de las perreras, puesto que las bajas temperaturas y el hacinamiento hacen que la enfermedad se propague rápidamente. Uno o más de los agentes infecciosos siguientes causa esta enfermedad respiratoria: adenovirus canino 2, virus del parainfluenza, y bronchiseptica de Bordetella
Hay que resaltar que los cachorros son más propensos a padecerla ya que su sistema inmunológico todavía está sin desarrollar totalmente.
Los adultos por el contrario tienen una protección pasiva más alta debido a contactos repetidos con el agente infeccioso.
La transmisión se realiza por contacto directo, la entrada es por vía aérea, ya que se produce a través de las gotas que expulsa el can al estornudar o al toser. Esto hace que un solo ejemplar pueda contagiar a muchos, al jugar en el parque, en la calle o al dormir cerca de ellos. En este punto hay que advertir que de ningún modo puede transmitirse a las personas.
Es más frecuente en comunidades de animales como criaderos y residencias caninas, ya que el estrés, el hacinamiento y los factores ambientales, como la falta de ventilación o la escasa higiene, pueden alterar el sistema inmunológico de éstos, lo que les convierte en vulnerables al virus.
Sintomas
Es una traqueobronquitis o lo que es lo mismo una inflamación de la traquea y los bronquios de origen infeccioso. El síntoma más destacado es la tos seca muy marcada, que a veces llega a producir vómitos y que puede persistir varios días, suele agudizarse con el ejercicio físico, en estados de excitación, acompañada por ruidos característicos de bronquitis, o cuando se presiona el cuello con la correa. Hipertermia (subida de temperatura corporal). Anorexia y apatía. En ocasiones, también se observa descarga nasal. En la mayoría de los casos los perros enfermos comen bien y permanecen activos. En estos pacientes, por lo general, los signos clínicos se resuelven de forma espontánea, sin necesidad de acudir al veterinario.
Tratamiento
Hay que extremar las precauciones en cachorros muy pequeños, animales inmunodeprimidos o en perros con alteraciones pulmonares previas, ya que pueden llegar a presentar complicaciones como la neumonía. Esta enfermedad no es grave para el animal, ya que en la mayoría de los casos suele remitir a las dos semanas de instaurarse el proceso. Se pueden recetar antitusígenos, siempre y cuando no se sospeche de presencia de líquido en los pulmones, y aconsejar reposo durante al menos siete días.
Prevención
Para prevenirla lo mejor es la vacunación, que será administrada por vía subcutánea.
En los cachorros, por lo expuesto anteriormente es más que recomendable, si van a estar en compañía de simpáticos amigos en la residencia.
Lo más recomendable es tener a nuestra mascota en las mejores condiciones nutricionales e higiénicas, evitándole situaciones de estrés. De esta manera, aún en caso de contagio, el pronóstico siempre será favorable. Lógicamente, no podemos impedir que nuestra mascota se relacione con otros perros en el parque y juegue junto a ellos, por lo que siempre existe un pequeño riesgo.
En definitiva, nuestras mascotas con la llegada del frío, sufren una especie de gripe canina que no tiene mayores complicaciones que la que solemos padecer nosotros.